Alianza Rural como entidad que representa a los habitantes del campo quiere lanzar un mensaje de ánimo a la sociedad frente a esta crisis del Covid19.

Continuamos con la publicación de artículos para reflejar en los medios de comunicación el orgullo de este sector siempre comprometido con la sociedad, incluso en las peores situaciones.

Agroclm publica un artículo firmado por José Carlos Caballero, miembro de la Comisión Ejecutiva de Alianza Rural, que homenajea a nuestros agricultores y ganaderos y lleva por título ‘Urge la recuperación temporal de mecanismos de intervención en distintos subsectores agrarios’.

Enlace:  https://www.agroclm.com/2020/04/21/urge-la-recuperacion-temporal-de-mecanismos-de-intervencion-en-distintos-subsectores-agrarios/

 

 

Recientemente, el presidente francés, Sr. Macron, importante exponente del liberalismo internacional, decía que “la agricultura debe estar fuera de las leyes de mercado…”. La crisis del COVID19 ha venido a poner de manifiesto, de una forma dramática, la gravedad de la exposición de un Estado al desabastecimiento mínimo de los bienes y servicios que deben considerarse estratégicos y, no cabe duda, que el abastecimiento de alimentos, es decir, el sector agrario es claramente uno de ellos. Un mercado agrario no regulado implica una desprotección de su sociedad, tanto de sus productores (agricultores y ganaderos) como de sus consumidores, de todos en general. Su regulación, con sistemas de protección que garanticen un nivel de renta digno al sector productor y precios  asequibles al consumidor, está en la base de los principios y objetivos de los distintos Tratados de la Unión Europea. Pues bien, la aparición de una pandemia de las características del COVID19, precipita a nuestro juicio la necesidad de adoptar o recuperar, al menos temporalmente, los conocidos mecanismos de intervención (Organización Común de Mercado -OCM-) para los sectores que sea necesario.

Sirvan estas reflexiones para plantearnos la necesidad de medidas excepcionales que ante una situación de absoluta excepcionalidad como la que vivimos por la pandemia del COVID-19 deben ir adoptándose en relación con el campo. Algunas de ellas con carácter de absoluta urgencia; otras a medida que las previsiones tanto de continuidad con el Estado de Alarma en España, de aparición de medidas excepcionales en distintos países de Europa y del Mundo, como de afección a los diferentes mercados de nuestras producciones agropecuarias, deben ponerse en funcionamiento. Debemos tener presente que la declaración del Estado de Alarma coincide con grandes protestas del campo bajo un lema que resumía la situación que vivía el mundo rural “Agricultores al Límite” y que la crisis del COVID19 no hace sino acrecentar y profundizar en esta situación, en algunos sectores hasta extremos inimaginables si no se actúa desde las Administraciones con certeza y celeridad.

Siendo perfectamente conocedores de la reglamentación europea, así como de los compromisos y acuerdos internacionales a los que tanto España como la UE estamos sujetos, especialmente en el seno de la Organización Mundial del Comercio –OMC-, entendemos que esta pandemia está provocando ya efectos gravísimos sobre algunos sectores y/o producciones que, sin duda, a lo largo de las próximas semanas y meses se extenderán a algunas otras que suponen el nudo gordiano de nuestro campo. Todo ello, fruto de un desplome sin precedentes de los precios de mercado debido a las medidas -políticas- adoptadas en relación con la pandemia COVID-19; situación que de no atajarse con medidas compensatorias -igualmente de carácter político- puede provocar efectos devastadores sobre algunos sectores y explotaciones agrarias con su consecuente afección sobre el medio ambiente, sobre la biodiversidad y sobre las gentes del campo que aseguran la conservación de nuestros pueblos, acrecentando y ampliando el problema de la llamada España vaciada.

Por todo ello, ante situaciones excepcionales, medidas contundentes y extraordinarias que deben plantearse y adoptarse tanto en el seno de la Unión Europea como permitirse temporalmente en el seno de la propia OMC. Por un lado, disponiendo de los fondos necesarios para su implementación -creando un instrumento financiero que bien podríamos llamar FONDO AGRARIO COVID19- y, por otro, habilitando transitoriamente mecanismos antaño muy conocidos y hoy olvidados pero que su recuperación puede solventar el mantenimiento de distintos sectores tanto en España como en muchos otros países. Fondo Agrario COVID19 que bien podría tener la consideración de Fondo en sí mismo o ser una partida específica o subfondo dentro del Plan de Reconstrucción en el que la UE trabaja en estos momentos.

Hoy, sectores de la importancia económica y ambiental que suponen el sector vacuno de carne, ovino o caprino de leche requieren intervenciones urgentes, pero es previsible que en un plazo no muy alejado en el tiempo, producciones en las que estamos a la vanguardia de las exportaciones mundiales como son frutas y hortalizas, vino o aceite requieran también de mecanismos de intervención temporal de mercado si las restricciones a los movimientos de personas inter e intra-país de alguna manera afectan a sus mercados. Hemos de ser conscientes que de las tres libertades básicas para un mercado único: libertad de movimiento de personas, mercancías y capitales, la primera de ellas se ha cercenado súbitamente lo que indirectamente afecta a la segunda. Por tanto, la intervención temporal en los mercados afectados por esta crisis está más que justificada.

En este sentido, planteamos la puesta en marcha de las medidas contenidas en el siguiente decálogo:

 

1.Creación de un Fondo Agrario COVID-19a nivel nacional o europeo para la implementación de medidas excepcionales en los sectores devastados por la crisis del coronavirus en distintos subsectores agrícolas y ganaderos.

 

2. Vacuno de Carne. Puesta en marcha de un mecanismo de intervención pública de carne de vacuno sobre la base de un precio de intervención confeccionado a partir de precios testigo de mercado correspondientes al mes de febrero de 2019, calculado como cesta de lonjas de referencia. Este mecanismo tendría una duración máxima de un año, hasta la recuperación de la normalidad tanto a nivel sanitario como de mercado. En caso de dificultades para su negociación o puesta en marcha, habilitación de ayudas compensatorias directas temporales al ganadero y por cabeza de vacuno con destino cebadero y/o matadero, calculadas como diferencia entre el precio efectivamente percibido por el ganadero durante la actual crisis sanitaria y el precio de mercado según cesta de lonjas correspondiente al mes de febrero de 2019.

 

3. Ovino y caprino.Puesta en marcha de un mecanismo de intervención pública de carne de ovino sobre la base de un precio de intervención confeccionado a partir de precios testigo de mercado correspondientes al mes de febrero de 2019, calculado como cesta de lonjas de referencia. Este mecanismo tendría una duración máxima de un año, hasta la recuperación de la normalidad tanto a nivel sanitario como de mercado. En caso de dificultades para su negociación o puesta en marcha, habilitación de ayudas compensatorias directas temporales al ganadero y por animal con destino cebadero y/o matadero, calculadas como diferencia entre el precio efectivamente percibido por el ganadero durante la actual crisis sanitaria y el precio de mercado según cesta de lonjas correspondiente al mes de febrero de 2019.

 

4. Leche de Cabra. Puesta en marcha de un mecanismo de intervención pública para la leche de cabra con destino leche en polvo sobre la base de un precio de intervención confeccionado a partir de precios testigo de mercado correspondientes al mes de febrero de 2019, calculado como cesta de lonjas de referencia. Este mecanismo tendría una duración máxima de un año, hasta la recuperación de la normalidad tanto a nivel sanitario como de mercado.

 

5. Vino.Instrumentación de un mecanismo de destilación de crisis que bien podría llamarse “Destilación Alcohólica COVID19” para retirar del mercado los previsibles excedentes que se producirán como consecuencia de la actual crisis sanitaria, fijando un precio de intervención o de destilación voluntaria de crisis calculado sobre los precios de mercado de las dos últimas campañas vitivinícolas y aplicable durante la campaña 2020-2021.

 

6. Aceite de Oliva.Puesta en marcha de un mecanismo de intervención pública de aceite de oliva sobre la base de un precio de intervención confeccionado a partir de la media de los precios testigo de mercado de las tres últimas campañas, calculado sobre la base del sistema red-pool de precios del aceite de oliva para sus diferentes categorías.

 

7. Frutas y Hortalizas.Puesta en marcha de un sistema de retirada del mercado cuando los precios testigo de los distintos productos hortofrutícolas caigan por debajo de un determinado porcentaje de un precio umbral, calculado a partir de los precios de mercado para determinadas categorías en las dos últimas campañas. Todo ello, a través de las Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas y mediante fondos operativos específicos o un subfondo de lo que hemos denominado FONDO AGRARIO COVID19. Estas retiradas del mercado podrían llevar destino ayuda alimentaria o en caso de plantearse problemas para su recolección debido a las restricciones de movilidad de personal temporero para su recogida, excepcionalmente, podrían quedar en la parcela de cultivo, detrayendo en este caso del precio de retirada el equivalente al coste de recolección.

 

8. Financiación ICO-Agrario COVID19.Creación de un Instrumento Específico de Financiación para el Sector Agrario para atender las demandas de financiación requeridas por explotaciones agrarias afectadas por la crisis del COVID19, a tipo de interés cero, con tres años de carencia, diez años como periodo mínimo de vida del préstamo y bonificación de un 20% sobre el principal.

 

Este decálogo no pretende ser una relación exhaustiva de sectores afectados por el COVID19, ni mucho menos. La determinación concreta de los mismos vendrá dada, entre otras cuestiones, como consecuencia del seguimiento y evolución de precios reflejados en los distintos mercados así como la evolución de la flexibilidad de movimientos de personas y su afección a las diferentes actividades del mundo rural.

La Unión Europea está inmersa en el diseño de un auténtico Plan Marshall para atender las necesidades más inminentes derivadas de la crisis provocada por el COVID 19. Así, tras el fuerte debate entre los países partidarios de la fórmula llamada “coronabonos” (mutualización de la deuda sin compromisos macroeconómicos) o la utilización del mecanismo MEDE (método utilizado en la pasada crisis financiera, condicionando su uso a una serie de duros compromisos macroeconómicos para el país que los utilice -plan de rescate y Troika-) el pasado 9 de abril se dio luz verde a un paquete económico de 540.000 millones de euros con la aprobación de un documento, con cierto grado de ambigüedad, pero que puede entenderse como una solución intermedia: no emisión de coronabonos y disponibilidad de estos fondos sin grandes condicionantes macroeconómicos; eso sí, para esta primera fase destinada a Gastos Sanitarios y con un tope del 2% del PIB del país que los solicite.

A partir de ahí, y ante el fantasma de la deflación y sus devastadores efectos económicos en el caso de una generalización sostenida en el tiempo de la misma, empieza el camino para el diseño de un Plan de Recuperación Económica en el medio plazo para lo que ya tenemos una primera cita, Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno el próximo 23 de abril. Este Plan implicará la creación de un gran Fondo de Recuperación Económica que servirá de ayuda a los Estados miembro y tendrá tres características fundamentales: temporalidad, selectivo y proporcionalidad según los costes de la crisis. Será un mecanismo que permitirá repartir costes en el tiempo con “instrumentos innovadores” y una dotación inicial que rondará los 500.000 M€.

Es en el marco de estas medidas excepcionales o en paralelo a las mismas, puesto que el sector agrario sigue siendo la primera, y a día de hoy, la única política íntegramente europea, en el que deben alumbrarse las medidas especificadas en este documento, así como las necesidades no previstas a día de hoy y que surjan como consecuencia del COVID19 para el Mundo Rural.

Foto: CONAMA

José Carlos Caballero Rubiato

Ingeniero Agrónomo. Especialista en política y economía agraria

 

Comisión Ejecutiva Alianza Rural

 

*Alianza Rural es una plataforma constituida para la defensa del medio rural, sus tradiciones, riqueza y entorno y sus socios fundadores son: ASAJA, FEAGAS, UCTL, RFEC, Fundación Artemisan, APROCA y AMFAR

 

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